Murales para las áreas infantiles del hospital ISSSTE de alta especialidad en Morelia en el área de quimioterapia pediátrica
Es bien curiosa la vida. Mientras mi papá es médico y disfruta lo que hace, a mí los hospitales siempre me han generado cierta sensación de ansiedad, y me dedico a algo totalmente opuesto. No tengo un recuerdo al que vuelva o algún motivo en específico por el cual me sienta así… solo siento que es demasiado desde que llego al lugar.
Admiro mucho a los médicos, quien sabe cómo le harán con sus sentimientos, pero desempeñan una labor muy muy importante en nuestra sociedad.
Me llamó Rosario el otro día por teléfono, me contó un poco de ella, es presidenta de una asociación sin fines de lucro “Manitas la pulsera de leucemia”, es paciente, es muy movida y alegre, y quería compartirme su inquietud por dignificar el espacio de quimioterapia, ludoteca y cuartos aislados para los niños con cáncer en uno de los hospitales de ciudad salud aquí en Morelia.
Después de su llamada visité el hospital. Platiqué con la doctora Maria Luisa, mientras recorríamos el hospital me mostró los cuartos que había que intervenir, ella fue quien durante todo este tiempo se esforzó por conseguir permisos, accesos, y todo lo necesario desde el interior en el hospital para hacerlo posible (no tenía idea lo complicado que era obtener esos permisos, pero al parecer así funciona esto). Solo les faltaba quien les donara los murales.
No se que sentí, como una tristeza, porque yo ni siquiera sabía que los cuartos aislados existían, desconocía por completo que a veces a los pacientitos hay que ponerlos ahí un mes mientras pasan sus quimios ya que su sistema inmunológico es demasiado débil para estar en contacto con el exterior. Las paredes en esos cuartos eran blancas. Blancas blancas, con una camita. En el área de la ludoteca las maestras decoran con algunas manualidades, había papelitos, algunos juguetes. El área de quimioterapia está compartida con los adultos. Solo pensé en los niños.
Me fui a mi casa y pensé mucho. Me imagino lo que sienten los pacientes al entrar, yo solo soy visitante y me da angustia, sé también que no a todos les da esta sensación.
¿Pero cómo podemos hacer para que los niños sientan menos miedo?- Me dijo mi mamá que me acompañó ese día a hacer el recorrido.
Yo solo quiero que mi vida enseñe que los pacientes cuando tienen el apoyo de la sociedad y de sus médicos, pueden ser más que solo pacientes y estadísticas de muerte y cáncer, ¡pueden ser lo que ellos quieran!
Rosario
Para mis adentros pensé, no creo que yo pueda hacer eso. Pero después me di cuenta que tal vez sí, al final los dibujos pueden comunicar algo, los colores pueden hacernos sentir mejor, y las formas pueden tener un impacto positivo en nosotros y en los niños.
La doctora me pidió una cápsula espacial, los niños como astronautas para el área de quimio. Un bosque para la ludoteca y para los cuartos aislados una pecera y una selva.
No sabía ni que iba a hacer aun, ni cómo. Pero quería saber si en caso de solicitar ayuda, pintura, voluntarios podía contar con algunos de mis amigos y la respuesta me sorprendió. Había más de 40 personas listas para ayudar en caso de ser necesario pintar en menos de 24 horas, durante la semana obtuvimos donaciones y patrocinios en especie. La respuesta de las personas fue lo más bonito. Se vendieron botones con ilustraciones y se recaudaron los fondos necesarios para echar a andar el proyecto.
Me quedo con esa parte, a veces se nos olvida la cantidad de personas que están dispuestas a ayudar, que quieren sumar. Y aunque finalmente se decidió que una parte de las ilustraciones se llevaran a cabo en vinil y la ludoteca se plasmara como mural por cuestiones prácticas en el hospital, me quedo con esa parte.
Yo no sabía tampoco, pero al parecer el acceso al hospital es limitado (que tiene sentido, puesto que hay que cuidar de la salud de las personas), no se pueden poner clavos en las paredes por ejemplo, no es fácil obtener esos permisos ya que son instituciones tradicionales donde no se hacen comúnmente este tipo de intervenciones. Sin embargó se logró.
Hoy es 31 de marzo, mientras escribo esto, el domingo irá un pintor a trabajar el área de la ludoteca, él es sobreviviente de cáncer y decidió ayudarnos a trabajar por la causa, ya no se requirieron voluntarios debido a que el acceso se complicaba un poquito (bastante). Pero agradezco todo el apoyo que de haber sido necesario, hubiera sido brindando de corazón por parte de las personas.
Trabajé todo este mes en realizar personajes y ambientes agradables para los niños. A través de colores que no los cansen, pero sean alegres, y que también pudieran reducir el impacto de llegar al área de quimioterapia o al que se convertiría en su cuarto durante meses.
El espacio
La cápsula espacial me decía la doctora, un lugar donde los niños, en medio de los adultos, sigan sintiendo que hay un lugar para ellos.
El espacio no necesariamente tiene que ser oscuro pensé, no quiero reducirles la luz. Me gustaría que el espacio estuviera en la imaginación de los niños, darles los elementos para que ellos puedan descubrir el resto. Esta fue la primera ilustración que dibujé. Incluí a un niño y una niña, incluí un gatito que los acompaña y algunas estrellas que tienen ojitos. Me pareció importante jugar con las proporciones de los objetos como parte de la imaginación, a la vez que los astronautas están flotando y parados sobre los planetas, el cohete es del tamaño de la palma de su mano porque lo están imaginando.
Con sus trajes espaciales, que son a la vez sus batitas se encuentran fuera de este mundo, son grandes, más grandes que los planetas, se encuentran volando y soñando. Me comentó la doctora que las frases de apoyo le parecían una buena idea para subir un poco el ánimo de los niños, ella propuso las frase “si puedes soñarlo, puedes lograrlo” y “cree en ti”, y así fue como las agregamos al mural como un pequeño recordatorio para ellos.
El Bosque
La ludoteca se convierte en un bosque. Un espacio donde los niños son un poquito más libres dentro del hospital, pensé en un bosque curioso, quería agregarle algo que fuera simpático pero no cansara su vista o fuera muy pesado. Así que utilizando la misma paleta de color, las formas que en el espacio eran meteoritos y planetas, los convertí en árboles. Árboles que con algo de ingenio conforman un bosque distinto, un bosque de formas y colores alegres, pero tenues. Y ahí puse a Martín, un mapache. ¿Dónde está la otra parte del mapache? fue lo primero que me preguntó mi papá cuando lo vio. En la imaginación de los niños, los niños pueden completarlo como quieran. Se me ocurrió agregar una catarina, porque además de ser un bichito muy curioso, en muchas culturas es un símbolo de la buena suerte, algunas personas cuando las ven piden un deseo, y quería que estuviera ahí. Quería que esta ilustración fuera como un momento curioso, algo para su área de juegos.
La pecera
¿Hay una ballena en la pecera? Pues sí y se llama Berta, ¿Por qué no? Me gusta pensar que tanto en las ilustraciones como en las historias existen todas las posibilidades. Dicen que las ballenas son maestras de la navegación, están relacionadas con la profundidad y las emociones, hay muchos mitos y leyendas alrededor de ellas, hay tantos relatos, esto las hace interesantes y misteriosas. Me gusta esta parte, porque puede despertar en los niños su creatividad o curiosidad por otras cuestiones extraordinarias. La ballena azul antártica es el animal más grande del planeta, su tamaño equivale al de 33 elefantes, leí que son los verdaderos gigantes de la Antártida. Son asombrosas. Mi intención es que los niños se sientan tan grandes y fuera de lo común como una ballena, no en una pecera, en lo más profundo de los mares, los que los adultos no conocemos.
Las formas del espacio y el bosque llegan a este ecosistema a representar burbujas, corrientes marinas y elementos oceánicos, conservando así el estilo continuo a través de los murales, pero convirtiéndose en su propia atmósfera marina a la vez.
La selva
El último personaje es el jaguar. Me decía la doctora que cuando los niños ingresaran a esta área les preguntarían ¿Prefieres la selva o el mar? Y así tratar de hacerles un poco menos pesada o impresionante su llegada. Este es uno de mis personajes curiosos festejando la navidad, lo quise traer para acá por varias razones, su hábitat es la selva, el jaguar es el mamífero más grande de América y es conocido por representar fuerza y vida. Además, me gusta pensar que está animando a los niños, que está con las manos arriba como diciendo “Tu puedes”.
La selva son plantas, hojas tropicales, lianas, enredaderas y vegetación muy densa, predominantemente verde, así que agregué formas orgánicas detrás del jaguar como elementos simbólicos de la misma. El color verde lo asociamos a la naturaleza, a la frescura. Además es también el color de la esperanza, el optimismo y la buena suerte, tiene un significado psicológico positivo en nuestra mente, la naturaleza es paz. Este espacio sigue estando abierto a la interpretación de los niños, ya que no está totalmente representada una selva como tal, es una manera simplificada y simbólica de plasmarla, se encuentra implícita.
Finalmente…
Me gusta pensar que las ilustraciones cuentan una historia diferente en cada niño o niña que los ve, cada uno tiene sus propias memorias, contexto y aventuras que contar. Esta serie de ilustraciones fue creada para ellos, para que se sientan dentro de un cuento y no en un hospital. Para que tengan un conjunto de personajes a su alrededor y no se sientan tan solitos ese mes, para que olviden por un momento las paredes blancas y tal vez piensen en colores.
Se queda en estos murales una suma de esfuerzos muy grande. Se los comparto para que si un día tienen duda de si lo que hacen importa, la respuesta es sí. No se podría haber logrado sin el ánimo de Rosario, sin la perseverancia de la doctora Maria Luisa, o sin la ayuda de todos los voluntarios que hicieron aportaciones de todo tipo.
El 8 de abril será la inauguración de los murales, voy a conocer a Rosario y siento mucho gusto, porque a pesar de no estarla pasando muy bien, a pesar de la leucemia y estar en quimioterapia, ella hizo todo esto posible a la distancia, desde Saltillo.
Hoy agradezco tener la oportunidad de ayudar a través de lo que hago, nunca lo hubiera imaginado, y espero que algún pacientito sienta menos ansiedad, sienta menos temor, sienta que alguien se preocupó por su bienestar y que entra a un capítulo de su historia, no a un hospital nada más.
Gracias.
Juntos pudimos lograrlo.
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