Hace unos meses decidí participar en la convocatoria para diseñar la imagen oficial del Festival de Música de Morelia 2025, que este año lleva como tema “Las Américas”.
La convocatoria pedía una propuesta de branding que incluyera una paleta de color, una idea conceptual, mockups y aplicaciones visuales para distintos formatos.
No se trataba solo de hacer un cartel bonito. Era construir un universo visual que pudiera representar un evento de talla internacional, que cada noviembre llena Morelia de música, historia, emociones y talento.
Era un reto grande. Y eso me emocionó desde el primer momento.
El concepto: Las Américas
Desde el inicio, supe que quería contar una historia visual llena de símbolos y color. Pensé en la diversidad de nuestro continente, en su música, su flora, su fauna, sus ritmos.
Así nació la propuesta “Las Américas”, una imagen central compuesta por un personaje que toca un tambor-sol, rodeado de elementos que representan la abundancia, la fertilidad, el ritmo y la conexión cultural que compartimos.
La fruta formada por una hoja y una manga, las flores, los rombos, los ojos, la trompeta y hasta el traje del personaje dicen algo. Cada elemento tiene una razón de ser. Es una composición simbólica, alegre y profundamente humana, como la música misma.
Diseñé también los colores, los carteles, los formatos digitales, el número “37” de la edición con una tipografía que le diera un aire atemporal… y todo esto, en menos de una semana de trabajo intenso, creativo y muy feliz.
¿Qué pasa cuando no te seleccionan?
Bueno… sí me hizo ilusión.
Sí me imaginé viendo mi propuesta en las calles del Centro, en los programas del festival, en los postes, en las redes.
Y no voy a negar que sentí un pequeño vacío.
Pero también entiendo que las convocatorias son así.
Uno participa, crea, entrega lo mejor que tiene y después… suelta.
Y me quedo tranquila porque sé que lo que propuse lo hice con todo el corazón.
Además, la propuesta seleccionada este año es realmente hermosa. Y reconozco con gusto que refleja el tema de manera extraordinaria. ¡Felicidades a quien la creó! Se nota el talento, la visión y el cuidado detrás de cada detalle.
¿Por qué lo comparto si no quedé?
Porque diseñarla fue un ejercicio de imaginación.
Porque disfruté cada parte del proceso y aprendí muchísimo al armarla.
Y porque, aunque esta vez no sucedió, me gusta pensar que algún día sí pasará.
Diseñar para un festival como este sigue siendo un sueño.
Y los sueños a veces tardan, pero no desaparecen.
Hoy comparto aquí las piezas que formaron esta propuesta: el cartel, los elementos visuales, los colores, el concepto… todo lo que surgió con la idea de celebrar a América a través del arte y la música.
Gracias a este proceso, reafirmo algo que ya intuía: que vale la pena seguir participando, seguir proponiendo, seguir creando.
Porque de los intentos también se aprende.
Aquí abajo te comparto el manual completo de identidad y los carteles que formaron parte de mi propuesta.
Gracias por leer hasta aquí, y por valorar los proyectos que también cuentan una historia, incluso cuando no son seleccionados.
